Esa temida y tan odiada palabra, pero a la vez tan desconocida, en esta y las sucesivas entradas de nuestro blog, intentaremos dar luz a todas esas dudas que nos trae a la cabeza dicha palabra, la definiremos, clasificaremos según su causa y tratamiento e intentaremos buscar solución.
Y de este modo intentar que sea un poco menos temida, igual de odiada pero no tan desconocida.
INTRODUCCIÓN
Hay que destacar la importancia del cabello para las personas. Es curioso que una parte con una operatividad funcional casi nula, hoy en día desempeñe un papel tan importante en las relaciones socio-culturales y en la propia estabilidad emocional.
El gran temor de nuestros clientes es la caída del pelo y su temido desenlace final la “calvicie”. Un consejero capilar deberá tranquilizar, explicar lo que esta ocurriendo, orientar y aconsejar al cliente.
No hay ninguna alopecia mejor que otra pero si hay algunas con mejor pronóstico, en función de que los factores que las causan ya sean modificables o no.
La mayoría de las alopecias son multifactoriales y si estos son modificables y tratados con profesionalidad la caída será pasajera. No todas las caídas del cabello conducen a la calvicie. Y aunque el resultado final sea ese podremos retrasar su evolución.
“Crecepelos” no existen, pero sí técnicas de regeneración para algunas anomalías. Es importante no tirar la toalla entre poco y nada mejor poco.
DEFINICIÓN
La definición es fácil y sencilla: Cese o deficiencia de la regeneración del cabello, definitivo o momentáneo.
CLASIFICACIÓN
Aquella alopecia que conlleva la destrucción del folículo piloso y consecuentemente el cese de la regeneración capilar se denominan alopecias cicatrízales.
El resto las llamaremos alopecias no cicatrízales y las subdividiremos en dos grupos atendiendo a la manera que se presentan: circunscritas o areatas (localizadas en un espacio concreto) o las difusas (las cuales no están localizadas en un sitio especifico).